Radio VoxQR

VoxQR

Canción actual

Título

Artista

Muere Francisco Ibáñez a los 87 años, creador de Mortadelo y Filemón

Escrito por el 15 julio, 2023

Francisco Ibáñez, barcelonés hijo de madre andaluza y padre alicantino, antiguo empleado bancario y meritorio de las historietas antes que autor, ha muerto a los 87 años como un nombre clave en la cultura popular española, con tesis doctorales dedicadas a su obra y sitio en los museos de arte contemporáneo. ¿Fue Francisco Ibáñez el gran escritor de narrativa picaresca de su tiempo? ¿O puede que fuese Vázquez, su némesis en la Barcelona de los 60, el verdadero genio del gonzo hispánico hecho dibujo? Por ampliar el símil de la literatura del siglo XVI, si Vázquez hubiese sido el Quevedo de su época, autodestructivo y genial, Ibáñez habría sido su Cervantes: amable y compasivo y querido hasta la muerte por su público gracias a unos personajes ridículos y sin embargo llenos de ternura, capaces de conmover por algo esencialmente humano.

Claro que si a Ibáñez le hubiesen dicho hace 60 años que su lugar hubiese estado en la historia de la literatura, el guionista y dibujante de Mortadelo y Filemón y Rúe 13 el Percebe se hubiese reído. Ibáñez nació a la cultura española como un currante de un sistema industrial más bien precario en un país pobre y opresivo.

La historia personal de Ibáñez está contada mil veces. Aún de niño, se empleó como botones en el Banco Español de Crédito, una colocación que le dejaba tiempo libre. Para espantar al aburrimiento, Ibáñez dibujaba. Más interesante es recordar cuál era el medio en el que cayó aquel chico soñador. Bruguera, la editorial que le dio su primera oportunidad, tenía medio siglo de historia y estaba en su segunda generación después de haber cambiado su nombre original, Gato Negro, por el del apellido familiar. Su especialidad, a diferencia de sus equivalentes europeas, era la historieta, la historieta estrictamente infantil de factura humilde. España necesitaba ocio para los niños y la historieta era un producto barato y fácil de serializar. Los cómics belgas, ya en el camino de su ennoblecimiento cultural, estaban a años luz del humilde género de la historieta.

Aunque hay matices. En la familia Bruguera, igual que entre los trabajadores de la historieta, abundaban los derrotados en la Guerra Civil, de modo que un aire de fatalidad humorística, escondida bajo capas de corrección franquista. Ibáñez fue siempre lo contrario de un escritor político, y puede que esa fuese su clave para perdurar en la cultura española durante la dictadura, la Transición, la democracia y sus sucesivas fases de encanto y desencanto, pero es muy fácil tomar sus historietas como un retrato crítico de la España de cada momento. De la retórica un poco boba del No-Do. De los tontos aires de cosmopolitismo de los españoles de su generación. De la tendencia a la chapuza. al mal humor y al gusto por el absurdo de los españoles que se hicieron adultos después de la Guerra Civil.

Ibáñez, también está contado mil veces, llegó a Bruguera en una huelga de los dibujantes de la generación anterior (para algunos, ese fue su pecado original), y en seguida se convirtió en la estrella del sello/agencia. Inventó a Mortadelo y Filemón, al Rompetechos, al Botones Sacarino, y se convirtió en el el más reconocido de todos los autores que trabajaron en la Escuela Bruguera, término acuñado por el malogrado Terenci Moix.

Al menos al principio, Ibáñez no era un bohemio como sus colegas; era una máquina de producir. No se emborrachaba ni llegaba tarde a los cierres. Sus personajes eran calvos porque así era más productivo. Tenía un don para el gag de porrazos pero también para la inventiva verbal: gaznápiro, alcornoque, animal de bellota… Pronto supo Ibáñez que su género era aún muy modesto y que lo mejor que podía hacer era agudizar su ingenio como guionista, antes que mejorar como dibujante.

«Al principio las historias eran muy infantiles, pero pasaban los años y a las firmas de álbumes venían adultos, y no niños. ¡Y era una diferencia grande, espantosa! Así que tuve que hacer algo más complicadito. La censura no era tan influyente, era impensable que te rompieran una página a menos que te propasaras mucho. Yo dibujaba con un ojo puesto en la página y otro en la censura, para curarme en salud», dijo Ibáñez en una entrevista publicada en EL MUNDO.

Fuente: EL MUNDO


Radio VoxQR

VoxQR

Canción actual

Título

Artista